14 Confesiones
Howard
Entramos al restaurante y a pesar de que era invierno y que
no estaba realmente en área turística había mucha gente. Se critica a los
hombres porque solo piensan en el sexo, pero los pensamientos de la
recepcionista al verme eran bastante explícitos. Y desde el primer momento le
demostré que toda mi atención era para Jennifer. Nos trató de sentar en una mesa cerca de la
entrada desde donde con seguridad podía vernos
-
Denos una mesa en el lugar más privado. –
Hizo mala cara y nos llevó al fondo del restaurante.
-
Esto es lo mejor que le puedo ofrecer al
momento. Ya vendrá su mesera. – dijo la recepcionista, luego vio a Jennifer
calificándola y pareció decir “ huh “ para sí misma
Jennifer
Era la primera vez que estaba con Howard en otro lugar que
no fuera la escuela donde todos lo conocían y lo rechazaban ya por instinto, y
las cosas no podían ser más diferentes. Solo entramos y la anfitriona casi
corrió a atendernos. Miro a Howard como su fuera un platillo de su menú y ella
estuviera hambrienta, y Howard parecía no prestarle atención. Apenas le dirigió
la mirada, todo el tiempo me estuvo viendo a mí. Vi la cara de desaprobación de
ella cuando él le pidió una mesa privada. Howard se había ganado algunos puntos
con esa actitud, lo observe con deseo lo más disimulado que pude.
Cuando al fin nos dejo en nuestra mesa y la mujer se alejo
sin retirarnos la mirada, yo voltee a verla con una mirada de suficiencia. Y
apunte mi índice hacia mí. Y dije “mío” pero sin hablar.
Howard
Nos sentamos en nuestra mesa
y la mesera tuvo una reacción similar a la de la recepcionista, ordenamos un par de sodas y una porción de Tortellini
Alfredo, y Ravioli en salsa de Hongos, según parecía a Jennifer le encantaba
las pastas.
-
Hagamos un trato tu me cuentas todo lo que paso
en tu fin de semana y yo te cuento lo que paso en el mío.- le dije
-
Yo tengo muchas preguntas que hacerte. - me
dijo.
-
Créeme yo también, pero dejemos las preguntas para el viaje de regreso es un viaje largo
porque tienes mucho que explicar.-
-
Yo?, Ha! mira quien habla. – dijo ella. – para
empezar Que haces aquí. – me dijo
viéndome seriamente
-
Te traje a cenar. – le dije tomando su pregunta
como una broma
-
No empieces. Siempre te gano en el juego del
sarcasmo. -
Alargue mi brazo y con la parte de atrás de mi mano roce su
mejilla. En ese momento apareció la
mesera. Con nuestras ordenes.
Jennifer
No sentamos y ordenamos, la mesera al igual que la
recepcionista no le quito la vista a Howard, pero nuevamente el se hizo el
desentendido, acaso no notaba lo que pasaba, o era realmente un caballero.
Sin embargo me seguía la duda como Howard me había
encontrado, acaso me estaba siguiendo. Donde se encontraba cuando los hombres
me rodearon, había visto lo que había ocurrido. Pero si era así, él hubiera actuado. No era posible que él se hubiera se escondiera mientras todo
pasaba y estaba genuinamente preocupado
cuando me encontró. Empezamos a conversar y desde el principio la conversación
se convirtió en un tipo de duelo, el
tratando de obtener información de forma indiscreta pero yo decidí tomar la
ruta más directa
-
Sí, que haces aquí. –
Estaba evadiendo mi pregunta como siempre, pero no estaba dispuesta
a recibir evasivas, de pronto su mano estaba rozando mis mejillas, y yo pensaba
como algo tan frio podía ser tan cálido. Mi cuerpo se estremecio.
-
Siempre haces trampa, cuando estás perdiendo. –
le dije
-
Dos cosas: primero como es eso de la trampa, y podrías
dejar de competir por un momento. –
-
Bueno, uno, cuando no quieres contestar algo y
no sabes que hacer, tratas de seducirme, y tendrás que responder por eso uno de
estos días. –
-
Seducirte, esas son palabras fuertes - dijo
sonriendo, - te molesta que lo haga, y a que te refieres con que tendré que
pagar por eso. –
-
No me molesta, - saque mi pie del zapato y
alargue mi pierna para acariciar su pantorrilla con mi pie. Él se puso
demasiado tenso. – a esto me refiero.
-
No deberías hacer eso con tanta gente alrededor.
–
-
Tú tienes la culpa, tú haces surgir todos estos
deseos ante los cuales no puedo actuar, y lo demuestro siendo competitiva, sé
que me entiendes porque te pasa lo mismo, Y nadie me ha visto hacer nada más
que conversar. Puse mi pie dentro del zapato de nuevo. –
-
Esta vez no lo digo por ti, sino por la demás
gente. – dijo el más relajado.
-
Tú dices que eres peligroso y malo para mí, pero
eres tú el que sigue buscándome. –
-
Quieres que te deje-
-
Nunca dije eso, pero si vas a estar conmigo en
cualquier papel, deja de lloriquear y hacer amenazas o advertencias veladas. -
-
Vaya que tienes tu carácter. –
-
Y ni creas que ser encantador te funcionara para
que deje de preguntarte. -
Howard se rio, y La mesera nos interrumpió, la muy zorra de
seguro nos estaba espiando.
-
Bueno cuéntame que paso en tu viaje a la
playa. Lo disfrutaste. – dijo el
recobrando la compostura
-
Quería enterrar a Lauren y dejarla abandonada
allí. –
-
Es por eso que no te acompaño ahora. –
-
No lo hice, Rachel una amiga me entretuvo todo
el tiempo. Y Lauren no nos acompañó hoy porque se me olvido decirle sobre el
cambio de planes. –
-
Eres una diablita.-
Eso me hizo sonrojar Howard
podía ser tan tierno.
-
No recuerdo que haya una Rachel entre tus
conocidos de la escuela.-
-
Es una amiga de la infancia vive en la
reservación Quilete, en la Push. –
-
No me digas que es la hija de Billy Black. -
-
La conoces. –
-
No, solo Carlisle. –
-
Han de haber tenido mucho de qué hablar después
de tantos años. -
-
Huy si, estuvo contándome sobre sus leyendas,
historias sobre lobos y vampiros. –
-
Eso suena interesante. –
Era mi turno de contratacar, me acerque hacia él lo más que
podía, y estire la mano rápidamente para ponerla sobre la de él. Él quiso
retirarla pero no fue tan rápido.
-
Y tú me llamas tramposo. Yo soy un simple
amateur ante ti. -
-
Yo no estoy evadiendo nada. - dije, y acaricie
su mano. - Vampiros, Claro que ellos no
les dicen vampiros, se refieren a ellos como “los fríos” –
Howard parecía estar realmente interesado en lo que yo había
hecho en el fin de semana, y no me di cuenta de que me había terminado mi
porción y tampoco me di cuenta cuando Howard me acerco su plato y su soda.
Cuanto el tenedor sonó sobre la porcelana vacía y mire los platos y vasos
vacios, me avergoncé. Vi a Howard y el sonreía, pero no era una sonrisa de
burla era una sonrisa cálida, cariñosa.
-
Deseas algo más, o nos podemos retirar. – me
pregunto.
-
Dios estaba más hambrienta de lo que pensé, Está
bien vámonos. –
Howard llamo a la mesera y le entrego un par de billetes de
cien dólares. Y luego nos retiramos.
-
Que paso con él Lexus. - le pregunte
-
Lo deje en casa, este es el auto de Alice. Es un
Audi 8 Spyder.-
Howard.
Cuando Jennifer me dijo quién era
su amiga Rachel supe que nuestro secreto, había sido divulgado, era obvio que
las nuevas generaciones de Quiletes no tenían el mismo celo hacia sus
tradiciones, estaba prohibido por el tratado, que los Quiletes le revelaran a
alguien que no era de la tribu el hecho de que éramos vampiros. Y si Jennifer
creía que eso era cierto porque seguía conmigo.
Y luego hizo algo que me sorprendió,
se acercó mucho a mí y puso su mano sobre la mía tan rápido que no pude
reaccionar. Debo reconocer que era mucho mejor en mantener una fachada de persona
normal y creo que disfrutaba dándome estos atisbos de cuan especial era. Dios
con esta chica, que no sabe, que su sangre es demasiada tentación para mí,
porque hace este tipo de cosas. Y luego regreso a su asiento tan rápido, yo
perdí mi hilo de pensamiento por unos segundos. Ella sí que estaba hambrienta
antes de darme cuenta había acabado con nuestras dos órdenes. Luego de eso nos
retiramos del restaurante
Subimos al auto y salimos hacia
Forks a toda velocidad.
-
Ángela maneja como desquiciada pero tú le ganas
por mucho. –
-
Te asusta la velocidad. –
-
No. Pero tendrás que bajarle cuando lleguemos a
Forks, no se vería bien que nos detuvieran por exceso de velocidad conmigo
dentro. -
-
Nunca he recibido ni siquiera una multa de
transito.-
-
Se puede decir que soy bueno para detectar donde
hay radares de policía. -
-
Viene con
el equipo de vampiro.-
-
Es esa tu nueva teoría. –
-
No. Creo que esta vez pegue en el clavo. -
-
Digamos que sí. No tienes miedo de lo que pueda
pasarte. –
-
Tú dices que manejas bien. –
-
Ja ja ja, -
-
Vamos esa fue buena.-
No poderle leer la mente a Jennifer
era desesperante y excitante a la vez.
-
No me refiero a eso. No tienes miedo que pueda
no regresarte a tu casa. –
-
No. Me siento segura contigo. –
-
No deberías, es muy difícil controlarme cuando
estoy contigo. –
-
Sí, he notado algo de eso.-
-
Me sorprende lo observadora que eres. -
-
Como me encontraste, me estabas siguiendo. -
-
Sí y no. –
-
Hmmm. -
-
Yo estaba regresando de cazar y Alice tuvo una
visión. Me vine lo más rápido que pude pero la visión de Alice no era precisa así
que te busque por un rato. Hasta que te encontré caminando hacia el muelle. -
-
Alice tiene visiones? Que ha visto sobre mí además de eso. -
-
No mucho. Dice que tu vida es bastante normal y
aburrida. –
-
Normal y aburrida esa soy yo. -
-
Esa no me la creo. -
-
Todos en tu familia son así. -
-
No, solo Alice, Jasper y Yo. -
-
Porque no tuviste tú la visión entonces. -
-
Alice tiene visiones. Yo leo la mente, con
excepción de la tuya debo añadir. –
-
Wow. –
-
Pero si la visión de Alice no era clara como
diste conmigo. –
-
La dueña de la biblioteca me indico que camino
habías seguido y luego me guie por tu olor.-
-
Mi olor. –
-
Si, es lo que me vuelve loco de ti, tú tienes un
olor como el que nunca había olido. –
-
Es la primera vez que oigo que a alguien le
atraigo por mi olor.-
-
Es mucho más que eso. –
-
Vaya vaya, que interesante, yo creí que tendría
que extorsionarte hasta que confesaras la verdad, y me dijiste todo voluntariamente,
hasta cosas que yo nunca hubiera imaginado. –
-
Tú me extorsionaste con eso del pie y lo de acercarte
a mí y tomarme de la mano.-
-
Tú hiciste lo mismo con el truco de tocarme la
mejilla para que no te interrogara. –
-
Está bien los dos lo hicimos, pero ahora es tu
turno de dar explicaciones señorita Jennifer normal y aburrida. –
-
Y que es lo que quieres saber. -
-
Qué me dices de ti. Como esos cinco hombres
terminaron inconscientes, en el piso. –
-
Tú si eres rápido, mira ya llegamos a mi casa y
ni me di cuenta. –
Era cierto. Detuve el auto frente a su casa.
-
Vamos es tu turno. –
-
Mi padre no tardara en venir y él cree que ando
con las chicas. –
En un rápido movimiento Jennifer se acercó a mí y me beso en
la mejilla.
-
Gracias por querer ayudarme. Nos vemos mañana. –
dijo y salió del auto.
Espere hasta que entrara en su casa y luego me fui. En casa
me esperaba otra sorpresa.
-
Genne. Que haces aquí. - Dije al entrar a la casa y ver a una de mis mejores
amigas.
-
Hola Bro. Rosalie me conto y tuve que venir a
ver qué pasaba. Es cierto que encontraste a tu cantante. Me siento muy ofendida
que no me hayas comentado nada. –
-
Disculpa si no te lo había contado pero han sido
unos días muy difíciles para mí. -
-
Bueno pues espero conocer pronto a la que al fin
te robo el corazón. -
Alice bajo del segundo piso y no tenía una buena cara, y
luego salió al patio de enfrente.
-
Tendrás tiempo de hablar con Genne. Tenemos que
dar un paseo. – pensó Alice.
-
Disculpa Genne tendremos toda la noche para hablar,
pero tengo algo urgente que hacer con Alice. - Salí de la casa y Alice me
esperaba en su auto. Subí al asiento del pasajero y Alice arranco a toda
velocidad, sin decir nada y con la mente en blanco.
-
Que pasa Alice a dónde vamos. –
Por unos minutos a Alice siguió misteriosa y luego.
-
Vamos a la casa de Jennifer, tienes que entrar y
conseguir su cepillo de dientes y uno de sus cabellos. –
-
que pasa, tienes que ser más clara. –
-
cuando te fuiste tuve otra visión de Jennifer. –
-
Está en peligro algo más le va a pasar. –
-
Según parece nunca ha estado en peligro. –
-
Detente y conversemos. –
Alice me explico que estaba muy preocupada por Jennifer pero
que su visión no terminaba de aclararse, y no sabía porque, cuando el sol
estaba por ponerse, llego a ella un tipo de visión dividida, por un lado me
veía a mi buscándola sin poderla encontrar, pero luego la visión cambio y vio a
Jennifer caminar en la calle desierta, pero estaba tranquila. Un par de hombre
se le acercaron por detrás con malas intenciones y ella seguía tranquila. Luego
tres más le cortaron el paso por enfrente. Y en lugar de preocuparse ella solo
vio alrededor y luego se movió como nosotros y les pateo el trasero a los cinco,
antes de que supieran que estaba
pasando.
-
Ella es humana, no una de nosotros. –
-
Tal vez no sea una de nosotros pero no sé qué
tan humana es. Eso no significa por cierto que no seremos grandes amigas. –
-
Y quieres
el cabello y el cepillo. Para… –
-
Que Carlisle haga pruebas de ADN, -
-
Dame el día de mañana para interrogarla y luego
seguiremos tu plan. –
Alice soltó una carcajada,
-
La vas a interrogar, tú, Vi todo su encuentro. Ella logro averiguar todo de nosotros y tú no sabes nada de ella aun. Eras
como plastilina en sus manos. -
-
Alice sabes que te amo, pero a veces ...—
-
Si lo se, Jasper me dice lo mismo. – dijo Alice
avergonzada. - Un día, te doy un día, sino
investigare por mi cuenta. – dio la vuelta al carro y regresamos a casa.
ver caap 15
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