Alice 7
Neófita
Cayó la noche del primer día y Alice noto que no solo no
estaba cansada, sino que no tenía ganas de dormir. Desde la mañana cuando
despertó todo lo que había vivido en ese día estaba claro en su mente tan claro
como si lo acabara de experimentar. Pero entonces porque no recordaba nada
anterior a eso.
Sabía hablar, cantar, bailar y presentía que tenía otras
habilidades, pero como y cuando las había aprendido. Cuando se metió al arrollo
a limpiarse de la sangre del ciervo y lavo su única prenda de vestir que le pertenencia,
solo había un nombre en ella, Alice.
Habría nacido así, habían otros como ella, habían tantas
preguntas para las que no tenía
respuesta lo único que la acompañaba eran sus visiones ellas eran su maestro y
su guía.
Gran parte de esa noche mientras veía las estrellas solo
estuvo allí pensando que era, quien fue, quien llegaría a ser. Pronto una nueva visión le asalto. En esta visión había un hombre a caballo
jalando una carreta vacía. Ella salió corriendo aunque cualquiera que la viera
diría que iba danzando.
Mientras corría pensaba que haría con el hombre del caballo.
Su primera intención fue atraparlo como había hecho con el ciervo. Un hombre y
un caballo deberían mantenerla satisfecha por un tiempo mientras encontraba
algo más.
Luego se detuvo. - Y
si no lo mato al instante. - Pensó para sus adentros.
-
Necesito algo de ropa. - Se contestó ella misma.
La visión cambio y vio como el hombre ya llevaba a su casa.
En ella había dos mujeres.
-
Así es mejor pensó. - Y emprendió de nuevo el
camino.
El hombre del caballo miro a la pobre muchacha sola por el campo y se detuvo. De pronto su
caballo estaba impaciente y parecía que se negaba a avanzar.
A marcha forzada el hombre llego hasta donde estaba Alice.
-
Y de dónde has salido tu muchacha. -
Todo paso a la velocidad de un relámpago en la mente de
Alice mientras pensaba que responderle imágenes de visiones rondaba por su
mente cambiando con cada nueva respuesta que ella pensaba decirle.
-
Viajaba en una caravana hace un par de días nos
atacaron y he estado caminando toda la noche buscando quien me ayude. - dijo
ella con su dulce y melodiosa voz.
-
Tal vez los pueda ayudar.-
-
Todos murieron, y yo ya no sé ni de qué rumbo
vine. -
El hombre la vio seriamente, pero como una muchacha tan pequeña
y hermosa no podía estar mintiendo y ciertamente estaba necesitada de ayuda.
-
Sube a mi carreta, en la mañana veremos qué
hacer. -
Alice así lo hizo y el hombre reanudo su marcha forzada, con
su caballo dándole problemas todo el camino de regreso. Al Amanecer llegaron a
la casa del hombre del caballo.
-
Mi esposa y mi hija han de haber salido ya para
el pueblo, - dijo el hombre señalando con el dedo al horizonte. - Pero supongo
que no será difícil prepararte algo de comer.- dijo él.
-
Supongo que debes de estar hambrienta.-
Alice solo lo vio con una mirada picara y le sonrió. El hombre
abrió la puerta de la casa y la hizo pasar la llevo hasta la mesa y mientras
Alice se sentaba el hombre le dio la espalda para buscar algo en la alacena.
Fue lo último que hizo.
Alice se le abalanzo, le salto por detrás y le mordió el cuello. El hombre
cayó al suelo pero Alice no cayó con él con un rápido movimiento estaba ya de
pie frente a él y luego se hinco en el
piso para seguir bebiéndole la sangre. Mientras tomaba su sangre paso algo muy
extraño algo que no había pasado al beber la sangre del ciervo, ella vio la
vida de su víctima la vida que hubiera tenido, y no solo eso, ella supo cómo
trabajar la tierra, sabia de carpintería y como disparar un arma. Cuando
termino vio todo el alboroto que había causado y vio como de nuevo se había
llenado de sangre. Se quitó la bata y camino por la casa buscando agua con que limpiarse.
Cuando así lo hizo registró la casa y vio los lindos vestidos que allí había.
Cuando se probó el primero de ellos y se vio al espejo, le vino una sensación de que ella nunca en su
vida había vestido algo tan feo como aquella bata de hospital, pero no habían
imágenes ni sonidos ni olores que la acompañaran, solo la sensación de ser haber sido niña
consentida que todo lo tenía. Sentía como si hombre la cargaba y la abrasaba y
la besaba.
Cuando el éxtasis de la sensación paso, ella se empezó a
probar los vestidos, y se dijo - voy a tener que ser más cuidadosa en el futuro
no puedo manchar de sangre estos vestidos tan lindos - dijo para sí.
Alice se deshizo del cuerpo del esposo, y espanto al caballo
sin desengánchalo de la carreta. Mientras disponía del cuerpo del hombre el sol
cayó sobre su piel y este brillo como si estuviera hecha de diamantes y noto la
diferencia de su piel con la piel del
hombre. Nuevas visiones llegaron a su mente visiones en donde a pesar de ser
bella era perseguida y temida por esta apariencia. - Tendré que conformarme con
salir de noche,- pensó para sus
adentros. Entonces los visones cambiaron radicalmente, las mismas personas que
le habían temido ahora la trataban como la dama que era.
Había regresado a la cabaña y estaba probándose unos zapatos
cuando escucho el ruido de la puerta de la entrada. La mujer llego con la hija.
Tuvo que matar a la hija y la mama, no se podía hacer de otra forma. Nuevamente
experimento la misma sensación solo que ahora sabia cosas nuevas sabia cocinar
aunque eso de nada le serviría , además sabia todas las cosas que hacer para
mantener una casa y sabia coser, era algo muy útil y pensó como usar esto de
forma que se pudiera beneficiar , tendría que escoger mejor sus víctimas. Tal
vez debía tratar nuevamente con animales y ver qué pasa. Por unos días vivió en esa cabaña corriendo al pueblo
cercano para alimentarse en las noches y regresar a la cabaña por el día. Pero
luego se aburrió. Las ropas que tenía ya la había aburrido. Y el regresar a esconderse
la desesperaba, no sabía porque pero se
sentía como prisionera cada vez que lo hacía.
Ella necesitaba estar rodeada de cosas bellas y como cosa rara también
necesitaba estar rodeada de gente, la soledad y la oscuridad nuevamente tocaban
partes de su ser que ella no lograba entender, tendría que ver la forma de
alimentarse con menos frecuencia o como ya había pensado alternarlo con sangre
animal. Y necesitaba frecuentar lugares exóticos.
Era el año de 1920, y ella fue atravesando el país, se dio
cuenta que la forma de conseguir todo lo que quería era la riqueza. Robar no le
molestaba y lo hacía bastante bien pero no quería hacerlo para ganarse la vida.
Con cada presa adquiría más conocimientos, como manejar rodo tipo de vehículos,
para el momento sabia muchos oficios también, En todos los estados sureños aprendió
los juegos de cartas, y luego se dio cuenta de que ella y sus visiones
del futuro era una forma fácil de obtener dinero que robándolo, y se
divertía más. Los humanos, -porque ya había decidido que no era uno de ellos.-
aunque eran su comida, le gustaban, le agradaba ser tratada como una señorita.
En cada lugar en el que ella estaba se llenaba de dinero
compraba ropa joyas y propiedades cuando se aburría del lugar, se mudaba pero
no era tonta, la ropa la podía usar y tirar pero la propiedades bien
administradas le proveían del dinero necesario para sufragar sus caprichos, y
las joyas las podía guardar en un banco o venderlas. Cuando se cansó de los
estrados del sur viajo por Philadelphia, Boston, y finalmente New York para
entonces ella tenía conocimientos de varios negocios y también financieros. Que
bella era New York, era el tipo de
ciudad donde Alice podía vivir, ciudad de riquezas ciudad tan llena de personas,
eran pocas las ciudades del país que tenían tanta afluencia de gente de tan
variados lugares. Hoy podía cenar italiano y mañana seria francés o chino si le
apetecía. La creciente violencia ocasionada por el crimen organizado era la
pantalla perfecta para que si un alguien aparecía muerto en una calle no se
hicieran preguntas. Y había algo mejor que los casinos del sur, algo que se
llamaba Wall Street.
Para este tiempo Alice tenía muchas identidades que las
usaba y descartaba, sin embargo la identidad de Alice Marshal decidió
conservarla, y había encontrado gente y los medios para conseguir todo eso que
necesitaba, y con sus visiones rápidamente
hizo una fortuna. Luego una noche de
1929 mientras miraba el cielo estrellado vio que desgraciadamente era tiempo de
partir, al día siguiente, a solo una semana antes de la caída de la bolsa
vendió todo lo que tenia y se mudó a Europa.
Durante los siguientes diez años viajo por Europa, fue aquí donde finalmente aprendió quien era
encontró otros como ella. Pero la mayoría parecía vivir en un estado medio
salvaje. Mientras se divertía por las noches, permanecía en las bibliotecas y
museos durante el día, tanta cosa fascinante que había en el mundo. En parís le
salvo la vida a un noble y termino siendo condesa de una región de Escocia. Así
nació otra de sus identidades permanentes Alice Ophelia, condesa de Graham, Su
benefactor y luego padre adoptivo la introdujo en el mundo de la sangre donada,
con los conocimientos que ella tenía sobre negocios y sobre vampiros introdujo
un nuevo producto que podía ayudar a muchos vampiros que no querían abandonar
la dieta tradicional. Su bebida “All –ice “fue un éxito inmediato Fue también
cuando empezó a manejar vehículos descubiertos, Escocia rara vez tenia días
soleados. Así que podía mantenerse la mayor parte del día recorriendo la
región, además con el clima frio de la región no era raro que ella anduviera
con la mayor parte de su piel cubierta.
Principiaba el año de mil novecientos treinta y nueve y el
clima político y social empezó a enturbiarse
Alice sabía que algo malo se avecinaba que abarcaría todos le continente.
Así que decidió regresar a Estados
Unidos. Para este tiempo Alice ya había
renunciado el alimentarse de Humanos, había notado que al alimentarse de
animales atraía menos atención podía permanecer más tiempo en un lugar y se le
facilitaba tratar con otros humanos que eran fundamentales para mantener el
estilo de vida que llevaba. Además había empezado a tener visiones de un lugar
posiblemente una cafetería, que ya había
visitado. Y de una familia que la acogía con los brazos abiertos.
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