Caperucita Roja La verdadera historia

CAPERUCITA


Alguien debe contar la historia de lo que realmente paso, alguien debe saber de lo que esa cara angelical es capaz de hacer a su familia y amigos.

Todo comenzó una tarde de primavera, los rayos del sol tomaban el color tan propio de la estación, era un día hermoso y fue esa una de las razones la que impulso a mi abuela a salir de su casa para venir a visitarnos, ella ya no salía mucho de su casa, mi mama y mi hermana eran las que la visitaban y la ayudaban con todo lo que necesitaba. Pero hacia un día tan bello que mi abuela se sintió llena de energía y decidió comunicarle a mi madre sus planes para el futuro. Mi hermana, Dana, se encontraba ayudando a mi mama en el oficio de la casa, y yo estaba cuidando los demás deberes de la granja después de todo alguien tenía que hacerlo desde que mi padre murió.

Mi abuela era la propietaria de la granja, en la que vivíamos así como del terreno en el que ella vivía y un par de terrenos más que le proporcionaban una renta suficiente para que pudiera vivir sin preocupaciones. Las personas del pueblo no se preocupaban mucho por el estado legal de sus propiedades las tierras habían sido heredadas de padres a hijos sin mucha formalidad. Pero mi abuela que por alguna razón presentía que los tiempos podría cambiar había hecho sus testamento hacía varios años cuando mi papa acababa de tener a Dana, así que los únicos que aparecían en su testamento como herederos eran mi padre y mi hermana. Pero ahora deseaba cambiar esa situación, y quería que mi madre mi hermana y yo, heredáramos los tres partes iguales

Como dije yo me dedicaba a las labores de la granja y no sabía la razón de la visita de mi abuela, Pero Dana había oído cada palabra de la conversación y ella tenía otros planes. A Dana nunca le había gustado la vida del campo cada vez que podía se escapaba a la ciudad la cual quedaba a media hora de camino, pero como no le gustaba trabajar siempre regresaba, y mis padres siempre la aceptaban de regreso.

Y porque no aceptarla, si era bella como un ángel cuando niña, y al llegar a la adolescencia fue más bella aun con su cabellera roja como fuego encendido y sus ojos azules como el agua del lago. Podía hacer que desde el más misógino al más mujeriego comiera de su mano. No había hombre que no la volteara ver cuando vestía su caperucita roja, y su voz parecía tener un efecto hipnotizador.

Para muchos Dana era la más dulce e inocente niña, con una cara preciosa y miraba divina. Mis padres creían que era una muchacha como cualquiera a su edad, todos a esa edad son rebeldes decían.

Pero ahora a sus veintiún años nadie en realidad la conocía. Ya que ella era Fría como el azul del sus ojos y ardiente como su cabello. Seductora y astuta, calculadora y ambiciosa.

Cuando mi abuela, se retiro Dana volvió a sus quehaceres como una hora y luego bajo, y le dijo a mi mama que iría a con el vecino a visitar a su mejor amiga. Mi mama la dejo ir. Pero ella fue directa a la ciudad, y cuando llego allí se dirigió a la cantina. Se paro en la entrada y empujo la puerta, iba vestida sobriamente, esta vez no estaba allí para llamar la atención.

Red, hace días que no te veía por aquí. - dijo el cantinero.
Donde esta Michael. - dijo Dana.
Vamos nena, el es muy grande para ti. - dijo el cantinero.
Y tú eres un estúpido gordo, que va a perder su trabajo, si no le dices a Michael que estoy aquí. - dijo Dana.

El cantinero dejo de limpiar la barra y se dirigió a la trastienda. Momentos después.

Dice el señor Wolfe que puede usted pasar. -

Los pormenores de esa conversación quedaran para siempre en el misterio, pero algo era seguro Dana conseguiría lo que se proponía, siempre lo hacía. Con los hombres usaba sus encantos y con las mujeres su astucia, ella era la mejor, hay días que hasta he considerado que fue ella quien le convenció a la serpiente para que le ofreciera la manzana a Eva y convenció a esta de que la comiera y le diera luego a su esposo.

Mi abuela no había tenido tiempo de cambiar su testamento cuando cayó con un caso de gripe que la mantuvo en cama por unos días.

Mama, tú has trabajado demasiado y mereces descanso, no debería de estar cuidando enfermos. Y Joseph él es quien se encarga de la granja. Déjame ir a mí y yo cuidare bien a la abuela. Hasta le he preparado unas ricas viandas. - dijo Dana.
Está bien hija pero ten cuidado. Vete directo a donde tu abuela, yo se que te gusta desviarte por el bosque, pero debes empezar a mostrar un poco de responsabilidad, tu abuela está enferma y necesita que alguien maduro este allí para ayudarla. - dijo mi madre.
No tengas pena mama, te puedo asegurar que hare mi mejor esfuerzo para que todo salga bien. - dijo Dana.
Está bien. Pero vete ya. - dijo mi madre.

Dana subió a su habitación y cambio su vestido de niña de campo por una blusa medio abierta, una minifalda, y su caperucita roja, luego tomo la canasta que había preparado para la abuela que contenía ricas viandas y una bolsa.

Salió de la casa e hizo un par de llamadas. Luego contrario a lo que le había dicho a mi madre se dirigió al bosque.

Yo llegue a almorzar y mi madre no creyó importante decirme los planes de Dana, y como ella nunca comía junto conmigo, no me extraño no verla por la casa, así que cuando termine de almorzar regrese a mis labores. Sin sospechar que en poco tiempo mi vida cambiaria de una forma tan radical que nadie me reconocería.

Serian alrededor de las tres de la tarde cuando Dana, caminaba por el bosque cuando en eso Michael Wolfe, el hombre dueño del bar de la ciudad salió detrás de un árbol.

Hola Red, que hace una muchacha tan linda como tú, en un lugar como este. -
Que no vez que llevo unas ricas viandas para mi abuelita enferma. -
Y puedo yo compartirlas. -
Eso lo veremos, -
Prometo ser un buen muchacho.-
Entonces me temo que te quedaras hambriento. -
Tu mensaje era bastante escueto, solo decía que te encontrara aquí. -
Hoy es el día de que hablamos, podrás tener las dos cosas que más quieres en la vida. -
Me quieres decir que podre tener mucho dinero y a ti en la misma noche. A quien tengo que matar. -
Realmente debo contestar a esa pregunta. Yo seguiré por este camino. Me imagino que tú no conocerás ningún atajo. -

Y así Dana continuo su camino por el bosque y Wolfe, se fue directo a su destino. Al final del bosque cerca de la casa de la abuela. Vivía James, el trabajaba en el aserradero y había estado enamorado de Dana desde que tengo uso de razón. James era un buen muchacho honesto y servicial. Dana lo sabía y siempre jugaba con él, James parecía no darse cuenta de esto y llegaba a ofrecerle pelea a quien quiera que insinuara que Dana no era un ángel bajado del cielo.

Dana. - que gusto verte por aquí. - dijo James.
Hola leñador. - le dijo Dana.
Sabes, que tú eres la única que me dice así. - dijo James.
Voy a visitar a mi abuela que se encuentra enferma, y como tú sabes que el lugar no es tan seguro quisiera que nos hicieras compañía. Mejor si llegar armado por si las dudas.
En este momento no puedo mi patrón viene con un pedido que tenemos que entregar en la ciudad pero estaré en casa de tu abuela en cuanto pueda. -

Dana se despidió de él y por primera vez le dio un leve beso en los labios. Esto hizo que James olvidara todo el mundo, y que no le pareciera extraña la petición de llevar armas a la casa de su abuela. James sabia que la abuela las odiaba.

Al salir de casa de James serian las cinco de la tarde, y aunque empezaba a entrar la primavera pero los días todavía eran cortos.

Hacía rato que en la casa de la abuela Michael Wolfe había hecho su entrada, disponer de una anciana enferma no había sido un gran reto. Incluso le había dado tiempo de disponer del cuerpo, y como si fuera una broma se había vestido con las ropas de dormir de la pobre anciana.

Cuando yo llegue a cenar esa noche. Mi madre estaba muy cansada y yo no quise perturbarla preguntándole donde se encontraba Dana. Lo más probable era que se encontrara en el pueblo, o que hubiera escapado una vez más. Después de cenar le dije a mi madre que se acostara que yo asearía la cocina. Luego de lo cual me retire yo mismo a mis habitación, el día siguiente seria duro pero aun no sabía que tanto.

Eran alrededor de las seis de la tarde cuando. Dana llego a casa de la abuela. Abrió la puerta y entro, se dirigió directo al dormitorio y en la cama de la abuela vestido con ropa de noche de la pobre anciana se encontraba Wolfe.

Hola abuelita. - dijo Red con tono seductor, bajándose la capucha roja.
Hola mi hijita. - dijo Wolfe.
Traje unas ricas viandas para ti. - Dijo Red

Le dio la espalda a Wolfe y se y sin doblar las rodillas se agacho para poner en el piso la canasta que llevaba.

Eso veo, mi hijita. Creo que con tus atenciones pronto estaré bien. - dijo Wolfe.
Te veo extraña abuelita. - dijo Red tirando al suelo la caperuza y acercándose a la cama.

Wolfe retiro las sabanas de la cama pero se quedo con la ropa de dormir puesta. Red se acerco hacia él.

Que ojos tan grandes tienes Abuelita - dijo le dijo Red al oído.
Es para verte mejor. - dijo Wolfe.

Red se subió a la cama y se acerco su cuerpo hacia Wolfe. El perfume de Red embriagaba a Wolfe.

Que Nariz tan grande tienes Abuelita. - dijo Red.
Es para olerte mejor. - dijo Wolfe.

Red se agacho más aun y le empezó a mordisquear la oreja.

Que orejas tan grandes tienes, - le susurro Red al oído con vos seductora.
Es para oírte mejor.- dijo Wolfe.

Entonces Wolfe la tomo en sus brazos y empezó a desabrochar su blusa.

Que Manos tan grandes tienes. - dijo Red.
Es para abrasarte mejor dijo. - Wolfe

Wolfe la acerco hacia él para besarla pero ella lo detuvo.

Que boca más grande tienes. - dijo Red.
Es para comerte a besos mejor. - dijo Wolfe y trato de besarla nuevamente

Dana había estado jugueteando con Wolfe hasta el momento, y cada vez que intentaba desvestirla ella sutilmente desviaba su atención, pero Wolfe ya quería su premio, y fue entonces que escucho lo que necesitaba. La camioneta de James, era algo ruidosa así que cuando Dana la escucho llegar ella sabía qué hacer.

Mientras Wolfe se había desvestido, y ella había sacado de la bolsa un juego ropa interior rasgada y la escondió a sus espaldas. Ella le dijo que lea arrancara la blusa, y cuando así lo hizo Red, ella aruño la cara y Wolfe le dio una bofetada. Y salió corriendo de la habitación. Wolfe al salir de tras de ella no noto que el contenido de la canasta estaba regado en el piso y se resbalo y rodo por las escaleras de la casa.

Cuando Wolfe se levanto estaba furioso. Agarro sus pantalones que estaban de la sala y se los puso. Creyó ve a Red en el jardín.

James parqueo la camioneta al lado de la casa de la abuela. Y mientras lo hacia un par de ojos lo miraban desde lejos e hizo una llamada. Esta persona era la que había recibido la segunda llamada de Dana.

Dana empezó a gritar. James se había recién bajado de la camioneta cuando oyó los ruidos. El conocía la casa de la abuela y sabía que tenía una puerta muy resistente así que regreso a su camioneta y tomo un hacha, y su escopeta que se la colgó del hombro. Luego corrió hacia la casa y derribo la puerta. Dana seguía gritando, y corriendo y Wolfe la perseguía. James tiro el hacha en el jardín Y por la ventana vio que golf estaba por darle alcance tomo su escopeta y disparo.

Wolfe cayó al suelo. Y James corrió hacia ella.

Dana estas bien. Que paso aquí. - dijo James.
No lo sé. Ese hombre estaba aquí cuando llegue, empezó a forzarme rompió mi blusa rasgo mi ropa interior forcejeamos y logre salir corriendo.
Este hombre está casi muerto ya no puede hacerte daño. - dijo James.
No puede ser dijo Dana. -
Tenemos que llamar a la policía. - dijo James.
El debe haberle hecho algo al teléfono porque está muerto dijo. -
Iré con los vecinos. -
Mejor tráeme algo de café no puedo resistir esto mas.

James no sabía qué hacer pero decidió ir a ver si había café en la cocina. Dana corrió hacia donde tenía escondido un revolver de su abuelo cuando James regresaba par pregúntale donde guardaba su abuela el café Red le disparo y puso la pistola en la mano de Wolfe que acababa de morir. Y fue entonces cuando oyó las sirenas de la policía. Salió corriendo de la casa. Y se dirigió a los policías pidiendo Auxilio.

El primer agente que se bajo de la patrulla se dirigió a ella y la llevo hacia la patrulla los agentes de la otra patrulla se dirigieron hacia la casa.

Recibimos una llamada de urgencia de su vecina de enfrente que es lo que está pasando aquí.-
Todo ocurrió tan rápido que no lo sé realmente. - dijo Dana.

Eran las dos de la mañana cuando llamaron al rancho para explicar lo que había pasado en casa de la abuela. Fue allí cuando empezó nuestro martirio. Dana siendo la única heredera vendió las propiedades y se marcho del pueblo con todo el dinero y sin que nadie supiera hacia donde se había ido.

Los nuevos dueños nos echaron a la calle, mi mamá murió al poco tiempo y mientras yo me emborrachaba un hombre me reconoció y me conto lo que el había oído de los vecinos de la abuela y de un cantinero. Aunque nadie supo que fue lo que en realidad ocurrió.

Han pasado varios años desde entonces yo no he vuelto a beber y todo mi tiempo libre lo he dedicado a saber qué fue lo que paso esa noche. Y a encontrar a mi hermana para hacer justicia. Esta es mi historia si al quien quiere creerme y ayudarme.


FIN